Reflexión sobre Atypical, la serie de Netflix realizada por la Lic. Wanda Ilariucci.
Sam, el protagonista de la serie es un adolescente con Trastorno del Espectro Autista, que se presenta como un personaje extremadamente lógico y racional con ciertas dificultades comunicativas y sociales, amante de la biología y geología, especialmente con todo lo vinculado a la Antártica, los pingüinos y sus hábitos. Lo que quiero traer a cuentas es el análisis del discurso de Sam para llevarnos a cuestionar el parámetro de la “normalidad”.
En el caso de Sam, él mismo se define en el primer capítulo de la primera temporada como el “atípico”, el “anormal” definido, una definición realizada desde la mirada social, la mirada del otro que lo descalifica como sujeto de derechos, de allí su comentario también de que piensan que por su autismo no puede hacer las cosas solo.
Cabe pensar entonces, en cómo es considerada su alteridad dentro del sistema educativo y podríamos cuestionar entonces si incluye o excluye a las personas con discapacidad. Una escena interesante es el baile de graduación del secundario. Aquí su novia Paige, propone organizar un comité en el que se vote junto con los padres sobre la realización de un baile inclusivo en el que los estudiantes escuchen música con auriculares para que Sam pudiera participar sin perturbarse con la música a un volumen elevado. La votación fue positiva y Sam pudo formar parte de aquel momento culminante de una etapa significativa. Sin embargo, cuando Sam se adentra a la educación universitaria, se observa su conflictiva con dos cátedras: la de ilustración y la de ética. El profesor de la primera cátedra se valía de metáforas constantes para explicar y Sam, al ser tan literal, tenía dificultades para comprender lo abstracto, teniendo que recurrir a su hermana Casey para obtener apoyo en la comprensión. En la cátedra de ética, se observa una docente rígida en su metodología pedagógica que no tiene en cuenta, al igual que la cátedra de ilustración, la singularidad de Sam lo que denota la ausencia de adaptaciones curriculares para que Sam también pudiera acceder a los contenidos desarrollados, dejando expuesta su falta de espontaneidad para responder a preguntas sorpresivas. Luego, la docente adopta otra modalidad que es la de exponer por tiempos contabilizados algún tema y allí, Sam se vuelve un experto investigando y logra desarrollar una buena ponencia. Investiga al igual que lo hace con los pingüinos y la Antártida.
Sería interesante fomentar una educación equitativa en la que el docente le brinde a cada alumno lo que necesita, teniendo en cuenta las singularidades y respetando sus tiempos y modos de aprendizaje.